WE WANT THE WORLD
... and we want it NOW!
martes
viernes
jueves
domingo
Los cuentos de hoy y de ayer.
Termina el dia y en el cuadro del vidrio
Del "60" hasta constitución, veo a la lluvia
Cayendo con furia, vaciando las calles,
Cambiando nuestro odio de color...
...la madrugada me ve solo en la mesa
Viendo al mundo por televisión...
No cambio nada y vuelvo a la cama
Pensando que tal vez maana, todo
Sera un poco menos peor que hoy.
Amanecer, haceme dormir.
sábado
Naturalidad.
Ese hombre trabajo, quien escribira su historia?
miércoles
domingo
miércoles
Sweet child o' mine
domingo
I'm the little rooster, too lazy to crow the day..
lunes
Dame una seca, yo te muestro el mundo.
Amanecidos.
domingo
viernes
Got to be a joker.
domingo
martes
Madrugada.
Paso errante, como todo un Don Juan, entré a ese lugar, después de copas rotas, de besos fríos, miradas penetrantes, una noche más, y parecía nunca terminar, esa extensión de terreno marfilado, perfectamente colocado, decorado con flores de otras épocas, de otras personas, más hoy no me era familiar, hoy no. Todo blanco, netamente blanco, casi perfecto, CASI porque cuando parecía perderme de manera intencional en esa dimensión desconocida ese 4 de noviembre a las 6.30 de la mañana, me tope con un cielo, escurridizo, que a simple vista parecía pudoroso, pero no, se extendía por toda mi perspectiva, por toda mi visual, y ahí estaba yo, contemplando la pintura más hermosa y casual que alguna vez capte. Y esas voces, mi suerte, esas voces que se imponían y gritaban “YO TAMBIÉN SOY PAISAJE” trágicas, me ponían alerta, como salvaje en su intemperie, eran risas, eran llantos, eran madres, padres, hijos, seres, felices, desdichados, apasionados, pero por esas horas dormitaban, porque ese mantel de cielo así lo exigía, así lo rogaba, y uno no podía hacer otra cosa que caer en las fauces de tanta belleza. Pero algo paso, como ese algo que modifica todo, ese algo que cambiaba mi humor, mi mirada, secaba mi boca, me forzaba a volverme metódico, rutinario constante, porque así me conocían detrás de esa puerta, así esperaban mi llegada, y yo que ya no espero nada porque los relojes me incomodan, nuevamente me vi obligado, a saborear resignación. Llegué a casa.
Tengo que dejar de tomar...tanto.
sábado
Libertad.
Esto puede tomarse como un alarido desesperado de adolescencia latente, pero todo adolescente esconde un hombre, una mujer, un ser, y a mi entender (no es porque sepa mucho de la vida) cualquiera que cumpla esos requisitos merece ser escuchado. Con esto no busco romper el cerebro de muchos con palabras bien colocadas, un argumento legible, y una defensa excepcional, como si fuera un equipo de futbol, dispuesto a meter cualquier pelota en el ángulo con cada palabra que busque detonar estas palabras. Es solo una idea, que no estudie, que no elabore durante letárgicas noches con el fin de ser la voz de un mundo nuevo, no, esas cosas están en otro plano para mi, mis facultades de inteligencia van más allá de esos tópicos, o por lo menos así creía hasta que, un techo oscuro, una cama de dos plazas y un pin pong de preguntas y respuestas con mi cabeza, me dio una respuesta absoluta.
Me acuerdo haber intentado dormirme, unas 4 o 5 veces, pero no hubo caso, hacía varios días que no pegaba un ojo, y como parecía que nada hacía efecto en este cuerpo fusilado, invité a mis pensamientos a darse un chapuzón conmigo y empecé, con una pregunta, que creo, que todo el mundo se la hizo una vez. (Parece que por como hablo hubiera pasado hace años esto, pero no, como dije, no fue muy elaborado, paso ayer, pero la mística es inevitable para estas cosas)
¿Qué es la libertad?
Yo siempre creí que la libertad, pura y mágica como la fomentan, era tener la capacidad (y creo que para muchos es así) de llevar, o sobre llevar mejor dicho, una vida digna y memorable, de manera inteligente, basándose en decisiones propias y no de los hombres y mujeres de madera que rodean mi entorno. Así viví 18 años de mi vida, y no fueron malos, para nada, mucho cariño, muchos afectos, mucho todo, y todo mucho, pero todo al fin (todo lo que puede pretender un niño, un adolescente, todo eso, creo que lo tuve en mis manos por un momento, aunque sea por uno). Pero ayer, cambió ese todo y paso a ser una parte, de algo que puede que haya estado siempre en mi cabeza, y espero el momento justo (ayer) para detonar de manera silenciosa pero efectiva, despertando a mis sentidos súbitamente.
Y entendí, en un abrir y cerrar, que solo en un lugar se esconde la libertad, no está en todas partes como a mí me enseñaron ni como a vos ni como a todo el mundo, no hay que buscarla, no hay que palparla ni medirla ni olerla ni sentirla, solo hay que dejarla entrar pero, no me quiero adelantar.
“Voy a llegar muy lejos con esto?” fue la pregunta que le siguió a la que puse más arriba, porque como todo acertijo, escondía una verdad mi pregunta, una verdad que solo yo sabría o entendería, y con eso bastaba, no podía exigir mucho mas, le estaba pidiendo a mi cabeza que desarme un rompe cabezas, que justamente desestructuraba completamente al marote.
“Un animal ahora que pienso no puede ser libre” me respondió mi cabeza, tan estoica, tan firme, como si fuera un secreto milenario de una civilización desconocida.
Pero tenía razón, el animal es dominado netamente por el instinto, aunque, para su suerte, no se da cuenta de eso, ni lo nota, y vive en un mundo de fantasía, en blanco y negro, pero feliz.
“Entonces yo si soy libre” le re truque, a lo que me respondió, nuevamente, estoica…”No, sos demasiado indeciso, muy pelotudo por así decirlo” y me volvió a tapar la boca.
Libertad.
Y al parecer, deje pensando a mi cabeza, o a mí mismo, a esta altura, parecíamos dos voces diferentes, o la misma en distintos idiomas, no sé.
Y escupí el comentario que ella esperaba, agazapada, ansiosa…”Entonces sí creo en la libertad…creo en Dios?”
Sentí como si se hubiera sonrojado al darse cuenta que encontré lo que estaba buscando (o encontramos, mejor dicho). Yo me crie en una familia creyente, bastante creyente, pero no lo hice parte de mi porque mi ideal no concuerda con el suyo, o yo con concuerdo con mi familia, mas bien. Pero pese a ser agnóstico, siempre nombro a su Dios, ya sea para expresar odio, amor, deseo, tristeza, para expresar emoción, porque convengamos, Dios, la palabra Dios, suena bien, es corta y concisa, sin mucho preámbulo, llega directo, impacta, es una linda palabra, y calza justo para putear, para amar, para coger, para llorar, para gritar, para todo.
Pero me quede pensando…emoción, creo que ahí está el tema, las emociones son cosas que no se pueden explicar, pero están, entonces Dios sería una emoción al igual que la libertad, entonces si yo creo en la libertad, creo en Dios, o no? No es muy rebuscado, o sí? No, no es muy rebuscado…no?... já. Entonces volviendo, yo podría decir que, poniendo un ejemplo, lo primero que me viene a la mente (mentira lo pensé hace un rato) que, Hendrix, en voodoo child, estaba charlando de la libertad con Dios, o es una redundancia, porque convengamos, que seas músico experto, el mismo Mozart o Carlitos, el canillita, cuando escuchas voodoo child sentís algo que explota dentro tuyo, algo que pida salir (en realidad te engaña, es una coartada porque salió apenas empieza la canción pero te hace creer eso para que vos pienses que lo podes manejar) si no, no valdría un carajo la expresión “PARA! HENDRIX!” es lo primero que muchos dicen cuando alguien quiere mostrar sus dotes en la guitarra, con su hermosa figura, fina como la madera, como diría Homero hablando de una Duff. Pero es así, ahí se encierra todo, es verídico, tampoco estoy diciendo que acabo de inventar una nueva religión, capaz que la mayoría lo ve como la excusa perfecta para quedar bien con todo el mundo y que no venga más canoso en su mayoría, rapados o lampiños a decirte que el señor está en todas partes y que necesita tu ofrenda porque EL MISMO SEÑOR dijo en la biblia que todos los curas merecían un Renault Megan Familiar estacionado en la puerta de la iglesia para demostrar que el señor, NUESTRO GRAN SEÑOR, PROVEERA!...no me jodan, yo no voy a llegar a las dimensiones nefastas a las que llegan ellos predicando las palabras de una persona de la cual dudo de su existencia, y encima profanan todo lo que fue, burlándose en la cara…”NO ROBARAS…pero si te cobro entrada o limosna (como mas le guste) está todo bien” Claro, debe ser porque en aquellas épocas no existía la marca registrada, porque estoy seguro de que si hubiera existido, estaría la R grabada en cada hoja de la Biblia, es seguro.
Así que después de esta humilde descarga, yo puedo afirmar con TODO LO QUE SOY que el único sacerdote predicador, cura o santísimo que existió fue Jimmy Hendrix. Porque gracias a voodoo child yo me di cuenta que la libertad existe, entonces ahí si te puedo llegar a creer la de Dios. Y hablando en serio, es así, yo creo que a Hendrix lo definieron como piscodelico y experimental justamente por eso, porque él buscaba sus propias explicaciones para su música y el mensaje era “Vos hace lo mismo picarón” Y ELLOS LO HACÍAN, por eso me considero, como muchos otros, un incomprendido, desde mi principio a tu fin, incomprendido total.
Entonces señores, chicas, he aquí la cuestión de todo, y se me viene a la cabeza una frase, Sheakspeare, no te estoy robando te “Estoy pidiendo prestado”
Ser y no dejar de ser. He ahí la libertad.
El resto lo escriben ustedes.