Él ya cansado, lo piensa, lo mira, lo siente, lo prueba, lo toca, y no, sigue sin convencerse. Serán las marcas de un sol muy fuerte, que con sus rayos quema las ganas, quema las alas, y deja inservible toda emoción. O será eso que el busca, que lo motiva, o motivaba, y así siembra su mirada, en campos ajenos, dejando ver, que nunca fue sincero. Y sigue pensando, y sigue mirando, y sigue sintiendo (porque humanos somos todos), sigue tocando, pero no, no sigue probando, solo simula, solo, en la bruma, donde nadie espera ni nadie busca, y eso, justifica su estadía, justifica la noche fría, pero nada explica su cara.

Y si te mira, y si te toca, se siente como por dentro tu cuerpo explota, porque tiene esta capacidad, de transmitir con precisión y sin exagerar, cada centímetro de sentimiento que su cuerpo tiene, que su cuerpo padece, por eso siempre conviene mirarlo dos veces, ser preciso con las preguntas, no dejar en sus espacios dudas, porque después de eso no hay vuelta atrás. Pero, quién lo sabe? quién lo piensa?, nadie espera tal respuesta de alguien como él.

Y todo sigue su curso, natural, y él cada vez se siente mas artificial, mas plástico, así permanece, atado a eso, porque se quiera o no, uno siempre termina atado, un asquerosamente lindo, ciclo de la vida.