lunes

Ente puntos y comas, la verdad se asoma.

- Hoja 2 -

Termino el show, Dylan arranco directo hacia al baño, y salió a los 2 minutos. Salimos, y empezó nuestra habitual caminata nocturna de salidas pasadas. Y en eso escucho que me tira su típico…”Cheee…” (Casualmente, cuando Dylan hace esto es o porque tiene hambre o porque esta aburrido, pero sea la situación o excusa que sea, SIEMPRE, termina todo en mi casa) y cuando está a punto de tomar envión y empezar, alguien lo interrumpe, salvando a mi heladera de quedar vacía…”TYLER!”, era Juana, con cara de orto, para variar, seguramente, pasamos por al lado y no nos dimos cuenta, en ese momento mi heladera y yo rogábamos porque la dejemos vacía (y Dylan también, principalmente Dylan), porque con la cara que Juana tenía, sabíamos que no iba a pasar nada esta noche. “Te iba a llamar, pero pensé en pasar a buscarte, así ya nos volvíamos juntos (noté que su cara cambio a una felicidad plena, y que sutilmente excluyo a Dylan de los planes de esa noche) y me saluda, lo saluda, y nos vamos, caminando, como siempre, no hay persona que afecte nuestra caminata. Cuando llegamos a la Avenida, se produce un súbito freno, y me miran, los dos, fijamente, esperando respuestas/propuestas/decisión, y sus respectivas caras:

Dylan: “Tengo hambre, no vas a cojer, mandala a la mierda, y vamos a comer”

Juana: “Mas te vale que vengas conmigo, te vas a arrepentir”

Empecé a transpirar, lo juro, un momento de altísima presión, la final de un mundial, dos potencias, cara a cara, y yo, haciendo las veces de la suerte de ambos, y posiblemente, de mi muerte, si no elegía correctamente.

“Vamos a casa, comemos algo, tienen cara de tener hambre” (Dylan quería la pizza que estaba en mi heladera, Juana, mi cabeza, pero hambre había) los dos aceptan, y partimos.

Una vez subidos al coche, veo que nuevamente, las caras de los dos cambian y me miran, otra vez, decepcionados, como puetando para adentro y yo pensaba para adentro y me reía “JaJa, se acordaron que están arriba del yeyo” y acto seguido, empezó nuevamente el ritual, aunque esta vez tardó menos, y sin más preámbulos, llegamos a casa, era lo más justo, lo mas parcial,

Dylan iba a comer, miraba un poco de tele, me bautizaba el trono, como mucho, y después se iba (algo que tengo que reconocer y que siempre lo voy a hacer, es los códigos que tengo con este chabon) dejándome (después de decir eso, me acorde, que me iba a quedar solo con ella, Dylan hijo de puta) solo con Juana, sin saber que tan bueno o que tan malo era eso.

Dicho y hecho, comio, miró un poco de tele, y se tomo el palo, dejándome solo con ella.

Con Juana, siempre nos manejamos retorcidamente, porque justamente, los 2 somos unos retorcidos de mierda, y bueno, una cosa lleva a la otra, y entre retorcidos, se forma una atracción sin precedentes, haciéndonos quedar como personas tan rectas como una muralla.

Sabiendo esto, también sabía la sucesión de hechos que iba a poner sobre la mesa, algo así:

Empieza muy calmada, tratando de hacerse entender, de tener una conversación en base a nuestra madurez (que aunque no se crea, es mucha, no hay que encasillarse en la manera en que se dio todo esto) y después, en un abrir y cerrar, explota, de la nada, sin avisar, como una mina plantada en el piso, así es ella, vos sabes que por algún lado va a saltar pero no sabes cuándo, y te obliga a caminar muy cuidadosamente. Creo que el discurso, fue una cosa como…”Dijimos que íbamos a hacer algo por los 2, que ibas a dejar de verte con las putas con las que te ves en los recitales, que cada vez que terminaras de tocar con la banda, por lo menos 10 minutos de atención, me ibas a dar, porque, al fin y al cabo, soy tu novia, y yo prometí dejar de celarte tan…” …y la frene y la miré, fijo, estudiándola, ella y yo sabíamos que siempre sabía lo que le pasaba, tan solo tenía que mirarla a los ojos…”No me está planteando esto, hay algo mas, que escondes?”…se dio cuenta de que estaba a punto de sacarle la ficha y se puso tensa, nerviosa, los ojos se le movían para todos lados, vacilaban mas sus ojos que ella, era un espectáculo…”De que hablas? No me vengas con tus jueguitos pelotudos a esta hora, siempre haces lo mismo, tanta desconfianza todavía?”…y cuando dijo esa palabra, no la tendría que haber nombrado, justo ESA palabra, salió sin permiso la puta pregunta que rondaba en mi cabeza…”Quien es?”…y me di cuenta, que la pregunta era retórica, yo ya sabía que había alguien, algo adentro me lo decía pero no fue hasta ese momento que se me ocurrió preguntar y por la expresión en su cara, no hubo nada más que decir.

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