sábado

Libertad.

- HOJA 1 -

Esto puede tomarse como un alarido desesperado de adolescencia latente, pero todo adolescente esconde un hombre, una mujer, un ser, y a mi entender (no es porque sepa mucho de la vida) cualquiera que cumpla esos requisitos merece ser escuchado. Con esto no busco romper el cerebro de muchos con palabras bien colocadas, un argumento legible, y una defensa excepcional, como si fuera un equipo de futbol, dispuesto a meter cualquier pelota en el ángulo con cada palabra que busque detonar estas palabras. Es solo una idea, que no estudie, que no elabore durante letárgicas noches con el fin de ser la voz de un mundo nuevo, no, esas cosas están en otro plano para mi, mis facultades de inteligencia van más allá de esos tópicos, o por lo menos así creía hasta que, un techo oscuro, una cama de dos plazas y un pin pong de preguntas y respuestas con mi cabeza, me dio una respuesta absoluta.

Me acuerdo haber intentado dormirme, unas 4 o 5 veces, pero no hubo caso, hacía varios días que no pegaba un ojo, y como parecía que nada hacía efecto en este cuerpo fusilado, invité a mis pensamientos a darse un chapuzón conmigo y empecé, con una pregunta, que creo, que todo el mundo se la hizo una vez. (Parece que por como hablo hubiera pasado hace años esto, pero no, como dije, no fue muy elaborado, paso ayer, pero la mística es inevitable para estas cosas)

¿Qué es la libertad?

Yo siempre creí que la libertad, pura y mágica como la fomentan, era tener la capacidad (y creo que para muchos es así) de llevar, o sobre llevar mejor dicho, una vida digna y memorable, de manera inteligente, basándose en decisiones propias y no de los hombres y mujeres de madera que rodean mi entorno. Así viví 18 años de mi vida, y no fueron malos, para nada, mucho cariño, muchos afectos, mucho todo, y todo mucho, pero todo al fin (todo lo que puede pretender un niño, un adolescente, todo eso, creo que lo tuve en mis manos por un momento, aunque sea por uno). Pero ayer, cambió ese todo y paso a ser una parte, de algo que puede que haya estado siempre en mi cabeza, y espero el momento justo (ayer) para detonar de manera silenciosa pero efectiva, despertando a mis sentidos súbitamente.

Y entendí, en un abrir y cerrar, que solo en un lugar se esconde la libertad, no está en todas partes como a mí me enseñaron ni como a vos ni como a todo el mundo, no hay que buscarla, no hay que palparla ni medirla ni olerla ni sentirla, solo hay que dejarla entrar pero, no me quiero adelantar.

“Voy a llegar muy lejos con esto?” fue la pregunta que le siguió a la que puse más arriba, porque como todo acertijo, escondía una verdad mi pregunta, una verdad que solo yo sabría o entendería, y con eso bastaba, no podía exigir mucho mas, le estaba pidiendo a mi cabeza que desarme un rompe cabezas, que justamente desestructuraba completamente al marote.

“Un animal ahora que pienso no puede ser libre” me respondió mi cabeza, tan estoica, tan firme, como si fuera un secreto milenario de una civilización desconocida.

Pero tenía razón, el animal es dominado netamente por el instinto, aunque, para su suerte, no se da cuenta de eso, ni lo nota, y vive en un mundo de fantasía, en blanco y negro, pero feliz.

“Entonces yo si soy libre” le re truque, a lo que me respondió, nuevamente, estoica…”No, sos demasiado indeciso, muy pelotudo por así decirlo” y me volvió a tapar la boca.

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